20.3.06

Pequeños dolores

Esa "cosificación" del idioma que es a veces resultado del análisis, del mirar desde fuera o como se quiera, hace que aparezca en mi percepción del español un cierto "ruido" que antes no escuchaba, y no creo que sea totalmente paranoica la apreciación, porque a veces he recibido de los alumnos comentarios parecidos. No todos los "ruidos" son iguales, claro. Algunos son seguramente exagerados y provocados por el roce continuo y un poco antinatural que uno tiene con el idioma por tener que explicarlo a otros a menudo, y que me lleva a encariñarme o enemistarme tontamente con determinados tiempos verbales, preposiciones, conjunciones y cosas así. Pero aparte de eso, para oídos inocentes no es raro tener a veces la impresión de que el español es una sucesión de "ques" con palabras en medio, o que a todos los verbos les ha salido un grano en forma de pronombre, por ejemplo. Estas son dos de las cosas que cada vez me parecen menos elegantes del español.
Nuestra pasión por el "que" llega a veces a convertirlo en el elemento conductor del discurso en nuestro habla coloquial, y esa necesidad continua de pronominalizar los verbos hace que apenas podamos leer dos líneas sin tropezarnos con uno o varios "se" o sus otros compinches. ¿Que uno puede acostumbrarse? Pues sí. A todo se acostumbra uno. ¿Que todos los idiomas tienen sus defectillos? Seguro, pero unos más que otros y cada uno en un sitio diferente. ¿Que para qué lamentarse por lo que no puede cambiar? Eso sí que duele.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Super color scheme, I like it! Good job. Go on.
»