18.6.06

El futuro es cuestión de tiempo (I)

Está claro que el asunto del aspecto verbal de los verbos en pasado es en español uno de los temas más difíciles para los aprendices, y en consecuencia nos entregamos (profesores y alumnos) a enseñarlo y aprenderlo con la seguridad de que vamos a librar una batalla bien concreta y bien dura. Esta "conciencia" que tenemos del pasado gramatical como "problema" nos suele faltar cuando abordamos el tema del futuro, y es curioso, porque también es bastante complejo e igualmente rico en "aspecto" y que, al igual que el pasado, nos obliga a elegir entre diferentes formas verbales para expresarnos con el "color" adecuado.
A primera vista resulta llamativo que el tiempo propiamente llamado "futuro", sea el menos utilizado cuando hablamos del futuro, al menos en el habla coloquial. Dejando aparte el factor "lenguaje escrito - lenguaje hablado", que también tiene un papel importante en este caso, yo me imagino una linea que progresa en dirección a algo que podría ser la "incertidumbre" (pero también otras cosas), sobre la que se sitúan ordenados de menos a más (inciertos):

"trabajo"____ "voy a trabajar"____"trabajaré"

Es decir, que solemos expresar el futuro con estas tres formas según la carga de certidumbre o seguridad que la información tenga o queramos trasmitir. Esto desde luego es aun una descripción bastante incompleta y cargada de excepciones, y seguramente no es aplicable a todos los países y regiones donde se habla castellano, pero a mi me parece más útil que las que he encontrado hasta ahora en los libros de texto. Claro que en los libros de texto no se aborda el concepto general, sino la forma concreta "voy a trabajar" por ejemplo. Y se le da un nombre que suele ser "futuro próximo" (de la nomenclatura confusa ya me quejé en un post anterior). Si yo fuera aprendiz de español, seguramente después de aprender este "futuro próximo", identificaría automáticamente el futuro de indicativo ("trabajaré") que me enseñarían un tiempo después, como "futuro lejano", y así estaría ya aprendiendo conceptos equivocados. A lo mejor el problema es mío por interpretar este "próximo" como cercano en el tiempo, lo cual es claramente erróneo, porque hay demasiadas excepciones que invalidan esta teoría. A lo mejor quieren decir "próximo" en sentido figurado, en el sentido de seguro, cierto, casi real, casi "palpable", convincente...
Esta "línea de la incertidumbre" no termina ahí, sino que continúa, igual que continúa la lista de tiempos que usamos para expresar acciones en el futuro, si bien yo la dibujaría a partir de aquí con trazos discontinuos,
porque a partir de aquí la acción se desdibuja progresivamente hasta casi "esfumarse". Así pues:

"trabajo"____"voy a trabajar"____ "trabajaré" _ _"trabajaría"_ _ "trabaje"_ _ "trabajara"

5.6.06

Hablamos lo que somos

Nos vamos de viaje y llevamos en la maleta todo lo necesario para sentirnos como en casa. En la habitación del hotel no hay persianas, ¿cómo puede dormir aquí la gente con esta luz? Después de la ducha queremos usar el secador de pelo, pero la corriente es a 125 V. Hemos traído zapatos de verano, pero aquí no hay aceras y la calle es un barrizal. El paraguas no se puede usar porque hace mucho viento. No hay cobertura para el teléfono móvil... ¿es que aquí la gente no duerme, no se seca el pelo, van de barro hasta las rodillas, se calan bajo la lluvia, no se comunican?
No cabe duda, hay que replantearse la maleta, pero es la que tenemos, no hay otra. Hay que vivir con esta maleta incoherente, llena de cosas inútiles en el nuevo contexto. Los hay (los menos) que desde el primer día la cierran tal cual y la guardan en el fondo del armario. Los demás (la mayoría) luchan un tiempo más o menos largo por seguir utilizando de alguna forma sus chismes favoritos:
Cortan el cable del secador y se hacen una alargadera para la lámpara y poder así leer en la cama, utilizan el paraguas como sombrilla y no salen de casa sin el móvil, aunque sólo un milagro podría hacerlo sonar y lo saben, pero lo llevan.
Los niños no hacen la maleta, y si la hacen echan sus juguetes. Los juguetes siempre se pueden usar en casi cualquier sitio.
Nuestra dependencia de las cosas es pequeña en comparación con la de las palabras. Nuestras cosas, nuestras palabras.
Usar nuestro secador con 100 voltios de diferencia o usar el paraguas como sombrilla se llama "interferencia", y a veces funciona y a veces no. En la práctica funciona poco.
Cuando veo anuncios del tipo "aprenda idiomas sin esfuerzo y sin gramática, espontáneamente, como los niños" y cosas por el estilo, yo me pregunto cuántos alumnos son capaces de comportarse conscientemente como los niños, y sobre todo, qué hacen con la maleta.