22.8.06

Las cosas como son... (II) "la opción cero"

Ya comenté que había leído que los idiomas no se diferencian en lo que son capaces o no de expresar, sino en aquello que están "obligados" a expresar, en lo que ya no es facultativo sino obligatorio. Estas pequeñas (o grandes) obligaciones que un idioma impone al hablante constituyen su "peculiaridad", conforman básicamente los "rasgos de la personalidad" de esa lengua.
Así, la dualidad ser/estar es un rasgo peculiar del español, porque en la mayoría (?) de los idiomas no existe. El español es, en este tema, más "detallado", más "complejo", o simplemente más "complicado" o "engorroso" según se califique el fenómeno positiva o negativamente.
Aparte de los juicios, lo que sí es cierto es que el español se sitúa en un "extremo de la tabla", con sus "como mínimo" dos opciones para este verbo, que es el verbo de los verbos, se podría decir. Le siguen en la clasificación el inglés y el alemán por ejemplo, con su "como mínimo" una opción, y más arriba (o abajo) el ruso y el turco por ejemplo, con sus "como mínimo" cero opciones. Resalto el "como mínimo" porque ahí está el quid de la cuestión, en el límite por debajo, no por encima, en el "mínimo común denominador", si es que es válida la comparación con las matemáticas. Se trata de lo "económico" que puede llegar a ser un idioma.

Con ejemplos:

1. Pepe es cartero. Está en casa.
2. John is postman. He is at home.
3. Klaus ist Briefträger. Er ist zuhause.
4. Ali postacı. Evde.


En 1 (español) usamos "es" para definir a Pepe mediante su profesión (tiempos aquellos en que uno se definía mediante su oficio... quizá se esté quedando el español anticuado en este campo...), y "está" para situarle o localizarle en el espacio.
En 2 y 3 ( inglés y alemán) se usa el mismo verbo para ambas frases.
En 4 ( turco) no existe verbo explícito en ninguna de las dos frases, y esto es posible porque se otorga valor "cero" al verbo de los verbos, es decir: la ausencia de verbo = verbo ser, y estar para localizar en el espacio se expresa declinando la palabra ("ev", "casa") en su caso locativo. La tercera persona es especialmente "económica" en turco, porque ella misma es la "opción cero" de las desinencias de persona en la conjugación, es decir: ausencia de terminación personal = tercera persona. Si se trata de otra persona, p.e. "yo soy cartero", la palabra "cartero" recibe la desinencia de primera persona singular: " ben postacıyım" ¿Se puede ser más económico?
Pues seguramente sí, aunque es difícil, igual que se puede ser más complejo que en el español en el otro extremo. Yo desconozco otras opciones más o menos complicadas, pero seguro que las hay.

6.8.06

Las cosas como son...

Muchas veces ocurre en el idioma que una misma "herramienta" tiene distintas funciones o aplicaciones. Pasa con el aspecto de los verbos (perfecto/imperfecto) y con el modo (indicativo/subjuntivo), pasa con las preposiciones, con ser y estar y con muchas otras cosas, aunque estos cuatro se han convertido en las cuatro "grandes dicotomías" del español, esos momentos terribles en los que hay que decidir ¿trabajé o trabajaba?, ¿voy o vaya?, ¿por o para?, ¿es o está?. Lo difícil no es que haya dos opciones donde antes había una, sino que casi nunca hay un solo criterio para cada una de ellas, algo sencillo como : " si hace sol me llevo la sombrilla, y si llueve me llevo el paraguas". Se trata en cambio de elegir teniendo en cuenta varios criterios a la vez.
Esto no es solamente difícil de aprender, sino también de enseñar, porque para los hablantes nativos no existen tales dicotomías. Esta situación es un efecto de enfrentarse al lenguaje desde fuera, desde otro lenguaje. Un nativo nunca considera ser en oposición a estar. Por lo menos, yo no recuerdo nunca haber sentido esto, ni tampoco que en las clases de lengua se plantearan ejercicios de este tipo. Yo tengo más bien la sensación de que para los hispanohablantes ser y estar son dos verbos desde el principio totalmente diferentes, que no tienen mucho más que ver entre sí que correr y andar, o comer y beber por ejemplo (esto lo digo bajito porque no estoy totalmente seguro. Si alguien piensa otra cosa que lo diga).
Así, los nativos que intentamos enseñar español, vamos aprendiendo a verlo de esta manera, intentando dar con las claves mágicas de la elección correcta. Y muchas veces se encuentra uno con que las ideas más difundidas no son precisamente las mejores, lo cual nos dificulta aún más el trabajo. Una de estas ideas es la de asociar estar con cualidades pasajeras o cambiantes del sujeto, y ser con las cualidades permanentes, lo cual lleva en clase a la típica situación de "pero esto puede cambiar y se dice con ser" o "esto no cambia y se dice con estar". No es que la idea sea falsa, sino que entran en conflicto distintos conceptos, y a veces se imponen unos y a veces otros.
Bastante más acertado es decir que ser es un verbo para "definir", aunque para ser exactos habría primero que definir qué es una definición, y aceptar que hay cosas cuya definición es precisamente estar aquí o allá. El típico ejemplo de esto es: "si Hamburgo está en Alemania siempre, ¿por qué se dice que "está"?" Esto puede explicarse como una (enorme) excepción a la regla "cualidades permanentes con ser", o como un concepto más que se esconde tras el verbo estar, y es su atracción irresistible por el espacio, por "poner" las cosas en su lugar, por describir la "situación" de las cosas.
La misma crítica podría hacérsele a ser, por tener el monopolio del tiempo, la menos permanente de las cosas que existen.
¿Por qué son las siete, si antes de que acabe de decirlo ya no lo son?. Hoy es viernes, es cuatro de agosto, es de día, es de noche... ¿Se trata de otra enorme excepción, o será que ser tiene una irresistible atracción por el tiempo?
Es espeso el bosque de las excepciones. ¿Por qué somos amigos? ¿Es que es eterna la amistad?¿Por qué estamos casados? ¿No debería durar para siempre?¿Por qué algo está roto aunque no tenga arreglo?¿Por qué alguien está muerto?
Todas estas contradicciones se entienden mejor bajo el concepto de definición. Los lazos de amistad nos definen, igual que los de sangre quizá, somos amigos igual que somos hermanos. Las cosas están rotas y las personas están muertas, porque esas cualidades no pertenecen generalmente a su definición.
Por este camino se puede quizá llegar a la idea de que ser define y estar describe, pero esto no significa que ser no pueda describir. Ser describe las cosas en su "esencia", describe las cualidades que definen la "idea" o el "concepto" que tenemos de algo. Crea una especie de "ficha" esencial. Así, decimos que hemos conocido a Ingrid, que es alemana, rubia, alta, gordita, simpática, luterana y conductora de autobuses, porque son las cosas que yo apunto en su "ficha", independientemente de las circunstancias o el contexto en que la he conocido. Cuanto más entran en el juego de mi descripción el momento y las circunstancias concretas de mi encuentro, más utilizo el verbo estar, y diré que en ese momento estaba cansada, enferma, de buen humor, sentada o de pié, hablando con una amiga, nerviosa o deseando irse a su casa.
Esta separación entre lo que el español considera la "esencia" y la "circunstancia" de las cosas no es tan radical como para evitar que muchos adjetivos transiten de una a otra categoría, creando un "juego lingüístico" que los nativos dominan a la perfección, pero que a los aprendices de ELE les cuesta mucho hacer suyo.
(Termino aquí de momento aunque no me gusta este final tan pesimista...)